lunes, 8 de noviembre de 2010

Misma actitud

Estimados maiceros: la propuesta de Diente-corta’o expuesta en su último post es muy atractiva y necesaria, así que también me sumo a la campaña, esperando que poco a poco vaya tomando forma. También confío en poder contribuir con algunas ideas o comentarios sobre los actores políticos perfilados para las elecciones de 2012.
Por lo pronto, y con el propósito de comenzar con el objetivo de la campaña, ha querido traer a la memoria de la comunidad maicera una de las historias recientes de la política mexicana, y que tiene que ver con el PRI; con la forma de hacer política del PRI.
Recordarán amigos que en las elecciones de 2009, el Partido Revolucionario Institucional se presentó así mismo como el partido de la “experiencia probada, nueva actitud”, slogan que una y mil veces se escuchó en radio y televisión. Decían los spots que el PRI “sí sabe como gobernar”, argumento que a la sazón era natural para cuestionar y denigrar a los gobiernos panistas (al federal principalmente) que hasta hoy trae al país y sus habitantes santiguándose por los males que han provocado o por los que no han sabido como enfrentar. Así que el la idea era muy simple: con el PRI nos hubiera ido mejor, después de todo ellos sí tienen experiencia.
Lejos de lo cuestionable que puede ser reputarse experiencia para gobernar, era mucho más llamativa la segunda parte del slogan: nueva actitud. Me parece que la frase misma entraña un reconocimiento de que los votantes eran conscientes de su… mala actitud, por decir lo menos, y que su castigo se vería reflejado en las urnas. De esta suerte, era necesario mostrar al partido como “renovado”, rescatando lo “bueno”, pero desechando aquellas practicas que los alejó de los votos.
No se necesita mencionar que la estrategia funcionó. La derrota del PAN, su principal contendiente, fue tal que Germán Martínez Cázares renuncio a la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional de su partido.
Pero pasados unos meses el PRI mostró que la nueva actitud no es nueva ni puede serlo mientras en sus filas sigan dominando las personas a quienes se achaca la actitud retrógrada: la historia comenzó el dos de marzo pasado, cuando Enrique Peña Nieto, Gobernador del Estado de México, declaró en una entrevista que su partido, el PRI, a través de la presidenta nacional del mismo, Beatriz Paredes, había firmado un convenio con Cesar Nava, presidente nacional del PAN, mediante el cual el PRI se comprometía a apoyar el proyecto de ingresos 2010 de iniciativa panista, que contemplaba el incremento del IVA del 15% al 16%, y por su parte el PAN, quedaba obligado a no formar ningún tipo de coalición partidista en el Estado de México, con miras a las elecciones de Gobernador en 2011. El panista Cesar Nava, inicialmente negó la existencia del pacto, pero debido a que Beatriz Paredes, amago con mostrar el documento firmado por Cesar Nava, ocurrió uno de los episodios más patéticos de la política que el de la voz recuerde: Cesar Nava tuvo que admitir públicamente que había mentido cuando negó la existencia del convenio, y aceptó haberlo firmado en sus términos. Luego de tal actuación, siguieron días enteros de declaraciones estériles de uno y otro dirigente nacional, tratando de justificar su participación en el convenio. Beatriz Paredes se apuraría a decir que el PRI no es un “partido de traición” (en las elecciones de 2009 sus candidatos aseguraban que no se crearía ni incrementaría algún impuesto); Cesar Nava solo atinaba a decir que los priístas habían roto la secrecía del pacto.
He ahí la nueva actitud del Partido Revolucionario Institucional. Apoyó una iniciativa impopular y que afectaba el bolsillo de todos los mexicanos (traicionando con ello a sus votantes a quienes había asegurado que no lo haría), para proteger a uno de sus claros aspirantes a la presidencia de México en 2012, pues qué mejor que un gobernador priísta para cubrir la espalda al candidato en los manejos presupuestales del Estado de México, y si se objetara que no es el gobernador el encargado de aprobar las cuentas públicas de los ejercicios anteriores, baste ver la influencia con la que se aprueban las exigencias del ejecutivo estatal, en el ejemplo que representa la llamada “Ley peña”, que el final de cuentas acabó prohibiendo las coaliciones partidistas en esa entidad. Es decir, con gobernador priísta, el aspirante a la presidencia no corre riesgo de escándalo político ni procedimiento alguno por malos manejos.
Pues bien, no hay actitud alguna diferente en el Partido Revolucionario Institucional a la luz de eventos como el anterior, porque después de todo siguen ahí mismo Emilio Gamboa Patrón, Manlio Fabio Beltrones, Francisco Rojas, la misma Beatriz Paredes Rangel…, la lista es larga. Lo que sí hay es una renovada propaganda política canalizada hacia la “profunda frustración” (como la llamó Barack Obama en las recientes elecciones de su país) que siente el votante mexicano, luego de diez años de promesas incumplidas, mayor índice de pobreza e iguales o mayores indicadores de corrupción e impunidad. Así pues, resulta necesario mantenernos a la expectativa de los movimientos de uno u otro partido, y descubrir tras la llamada conducta “responsable” que todos juran y perjura adoptar, el verdadero móvil de sus acometidas.

La trama y declaraciones pueden leerse en línea en la edición de La jornada a partir del cinco de marzo de dos mil diez.

Un saludo maiceros.

1 comentario:

  1. Puedo asegurar que hasta la onda de frío que afecta al país se disipará mañana mismo debido al acontecimiento que hoy atestigüamos: que el "Cocho" se decidió a escribir...jajajajaja

    Podría agregar que el PRI volvió a hacer gala de su desmemoria y su asquerosa forma de hacer política al dar marcha atrás el mes pasado en su promesa de retornar a la tasa 15% en IVA, misma tasa que, como ya explicó Centéotl, ellos mismos incrementaron con la connivencia panista.

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