martes, 9 de noviembre de 2010

Calaverita tardía...es que venía en lomo de tameme!!!

Un amigo muy singular, conocido en el dilatado mundo poblano como "El Chito", me ha honrado componiendo una divertida calavera, que ahora comparto con los carnales maiceros. El veterano comunista compuso ésta y otras rimas con suficiente antelación -como es su costumbre año con año-, pero como es un poco desordenado, no fue sino hasta hoy, ocho días después, que apareció mi calavera, antes extraviada. Muchas gracias, "Mai gut fren" & Chito!!!

En esta lápida que apareció hoy

en la que la muerte se encuentra seria

yace el morelense Roy

que salió volando de una feria.

La calaca gozaba a todo dar

dándose unos baños de tina

Con lo que sobró del bar

que en realidad era cantina.

Él se tomó un jaibol

delante de la flaca chata

Se fue a jugar basquetbol

Y termino luxándose una pata.


Y ya que providencialmente ando de mejor humor, les voy a contar un cuento macabrón y casi totalmente verídico. Se trata del misterioso y truculento caso de la servolicuadora de nuestro buen amigo, El Amarillo. Aferrado y guerrero como es, El Amarillo ha financiado y reparado estoicamente todas y cada una de las averías mayores que su automóvil de marca y modelo impronunciables le ha solicitado. El último caprichito del simpático compacto fue...una licuadora! Sí, señor! El auto cuenta con licuadora integrada a la dirección! La licuadora felpó y, pues..., era de vital importancia conseguirla!

La endeble economía del Ingeniero Shagi no podría resistirse a desembolsar -una vez más- varios miles de pesos para importar de la hermana república de Durango la codiciada y excéntrica refacción. Quiso la crisis neoliberal que el proveedor de tan peculiar artefacto se encontrara implementando un rigurosísimo programa de reducción de costos, que le obligaba a contratar "transportes alternativos" para minimizar los costos de distribución. Fue entonces que el lomo de tameme de un paisano tepehuán surgió como la propuesta más barata. Además, era amigable con el medio ambiente!

Desafortunadamente, el clima de violencia que prevalece en en el país arruinaría los planes de nuestro filántropo amigo. En su loca carrera, el veloz mensajero indígena cometió el error de pasar por un retén militar. Los guachos le ordenaron detenerse, pero el nativo americano, que no entendía el español, siguió cual saeta. Lo demás ya se lo saben. Fue un daño colateral.

Al día de hoy, nadie sabe dónde quedó la licuadora. Shagi está pensando denunciar la violación de sus derechos humanos comerciales ante la CNDH.

1 comentario:

  1. jajajajaja... jajajajaja me encanto la calavera... te quedo muy bien ..es vivo retrato de tu vida jajajaajja....

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