viernes, 28 de agosto de 2009

¿Ideas?


Llevo varios días pensando cómo contestar el post más reciente de la compañera Kaciwali.

La compañera maicera nos pisó el consabido cayo que, tengo la impresión, nos duele a varios de los demás maiceros: "qué hacemos?"

Efectivamente, el poseer la información que poseemos y no actuar más allá de la denuncia, la indignación y la mínima difusión que este blog pueda tener, suena a que nos estamos quedando cortos.

Por otra parte, confío que a nivel individual cada uno de los participantes de este blog tenemos un mínimo de compromiso para cambiar algo pequeñito de nosotros mismos: cuidando y ahorrando el agua, no fomentando ni tolerando la discriminación ni el machismo, tal vez no consumiendo algún producto o servicio de alguna empresa rapaz -tarea harto complicada-, plantando un pinito, o comentando y promoviendo en nuestro círculo social alguna forma de expresión artística que logre sensibilizar socialmente a uno que otro incauto.

"No es suficiente", se podría arguir. Luego entonces pienso en la educación. Alguna vez ensayé el tentador y muy noble oficio de ser "maestro" cuando hice mi servicio comunitario en Tlatizapán, Morelos. No dí el ancho: me faltó madurez o compromiso. Lo más seguro es que no tengo vocación.(Por ahí hay un maicero del que no hemos visto ni sus luces, que sí tiene vocación -no quiero decir que es Centéotl porque se va enojar).

Continuando, el periodismo es algo que siempre me llamó la atención. Admiro a muchos periodistas mexicanos que han jalado contracorriente durante años, décadas: como Julio Scherer, quien en esta ocasión puso otro cachito de la inspiración que hube de necesitar para este post. Creo que algo de p

Finalmente aterrizó en la lucha y sus diversas formas. Pienso en algunos honestos abogados: Barbara Zamora, Carlos de Buen, la extinta Digna Ochoa. Pienso en la Resistencia: los campesinos de la Sierra de Petatlán, los sobrevivientes de Acteal, los 13 pueblos del sur de Morelos. Qué más...??? Cómo se puede inmiscuir poco a poco en eso??? Disculpen mi ingenuidad pero no lo sé!!! Supongo que lo primero que hace falta hacer es tener tiempo.

Luego me pregunto, le pregunto a la compañera Kaciwali: ¿alguna otra idea? De preferencia algo donde pudieramos entrarle todos con algo.


Hay alguien que tuvo una idea, o mejor dicho, la idea lo tuvo a él.

Es un comandante. Trabaja en el equipo antisecuestros del DF. Julio Scherer lo entrevista en su nuevo y escalofriante libro "Secuestrados", editado por Grijalbo. El comandante ha visto muchos e indecibles horrores en su larga carrera policiaca, como el hecho de que en Iztapalapa las bandas secuestradores estén integradas por adolescentes, e incluso niños, que se autoentrenan en el manejo de armas de alto poder. Muchas de estas bandas fueron fundadas por Giovanni, un escurridizo empresario del secuestro que aparece y desaparece como un fantasma y que se ha granjeado mucha simpatía entre la población delincuente adolescente que lo ve como "un modelo a seguir". Giovanni nunca se expone, es como una especie de contratista que pone a trabajar a sus empleados temporales, y si algo sale mal él es el primero en pelarse. Entre sus víctimas estuvo un anciano de más de 70 años. El señor se quitó la benda y se dió cuenta que era "un mocoso" el que lo había raptado, entonces se le fue encima, pero Giovanni lo mató a golpes.

El comandante anónimo anduvo mucho tiempo tras la pista del tal "Gio" (como algún sapientísimo equipo de comentaristas de Televisa le podría haber apodado), hasta que lo agarró.

Y es aquí cuando transcribo la "idea" de este verdadero héroe, de esos que pensamos extintos o ahogados por la corrupción.

"...a algunos policías nos motivaba el hecho de tener hijos de las mismas edades que los plagiados..."

"A mí me ha tocado vivir cosas como éstas: me abraza un señor, siento la contención del papá cuando rescato su hijo sin un dedo y le digo: 'Aquí está, jefe, no completo'. Y el señor me abraza con una emoción, con un sentimiento ahogado, con un llanto que quiere reprimir por su condición de padre. Eso me conmueve, me compensa de muchos sufrimientos, sacrificios que yo hago con mi familia. Para eso me pagan, ésa es mi pasión, lo sé.

"Mi esposa a veces no lo entiende, mi familia tampoco. '¿Por qué das tanto para allá y a tus hijos y tu familia nos tienes relegados?', reclama. Mi gente no lo entiende, pero esto es lo que me llena. Así quiero vivir. Va llegar un momento en que ya no lo voy a poder hacer, tal ve me jubile, me pensione o termine muerto. Entonces ya no voy a sentir esa plenitud.

"Atrapar a un delincuente es mi obsesión, Hay uno que traigo en mente: tortura y mata. Lo tengo que agarrar y lo voy a lograr. O me muero en el intento."

-Cuando lo agarre, ¿me avisa? Pregunta Scherer.
-Si lo agarro, le aviso.

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