martes, 15 de septiembre de 2009

Cambio ambiental global

Quien no haya notado los efectos del cambio climático es porque definitivamente no ha puesto ni la más minima atención. Y es que no es solo leyéndolo o viéndolo en televisión como uno puede saber que el huracán fulano azotó las costas de X ciudad, o que la sequía malogró la siembra en el estado tal. Aquí por ejemplo fue muy claro que las lluvias se retrazaron durante muchas semanas. Inclusive, se que por éste mes normalmente se presentan los últimos aguaceros, pero la verdad es que este año es la primer semana de “cielo cerrado”. El cambio climático o cambio ambiental global (como más precisamente lo nombra la doctora Úrsula Oswald Spring del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, porque incluye no solamente los fenómenos hidrometeorológicos, sino también por ejemplo la desertificación y la esterilización de los suelos, que evidentemente modifican el ambiente y son provocados por la acción humana), ya no pueden negarse.
Hoy, por Silvia Ribeiro, tengo noticia de nuevas soluciones al cambio climático como producto de que la reducción en las emisiones de CO2 no han funcionado, me refiero a la geoingeniería o “ingeniería planetaria”, y que consiste básicamente en manipular el clima.
Según leo en diferentes artículos y de acuerdo con la Academia Nacional de la Ciencia de Estados Unidos (NAS), el objetivo de la ingeniería planetaria “…sería hacer de planetas deshabitados entornos habitables para la vida, y aunque esto suene a ciencia ficción, lo cierto es que tal vez sea aplicable a la solución de los problemas en la Tierra, que podría llegar a convertirse en un lugar difícilmente habitable como consecuencia del calentamiento global.”
Las soluciones propuestas “para paliar el efecto de nuestras propias acciones” sería que “partiendo de la idea de que la Tierra reflecta hacia el espacio alrededor de un 30% de la luz solar que alcanza su superficie y absorbe el resto, quizá aumentar la luz que se reflecta podría contrarrestar el calor derivado del efecto invernadero, enfriando así el planeta”. O “un plan para poner en órbita pequeñas lentes que servirían para refractar la luz del Sol hacia el exterior de la Tierra. Serían trillones de lentes, de alrededor de un metro cada una, muy finas y con un peso ligeramente mayor que el de una mariposa”. Y sigue la mata dando con que “Otra idea ha sido la de colocar cintas reflectantes que cubran los desiertos o “islas” de plástico blanco, que se harían flotar en todos los océanos, de manera que se pueda reflectar luz solar hacia el espacio, en lugar de que toda incida sobre la Tierra”. Y por si todo lo anterior no funcionara, “los científicos han llegado incluso a concebir que se abone el mar con hierro, lo que produciría que se generaran grandes extensiones de plantas que absorberían el dióxido de carbono y, al morir, lo arrastrarían con ellas hacia el fondo del océano”.
Me parece imposible escuchar estas ideas sin escepticismo y algunas francamente sin reír, sobre todo porque los mentados científico parecen no tomar en cuenta el contexto en el que se desenvuelven sus ideas, y es que como me lo dijera un maicero a propósito de un libro de Darwin, palabras más, palabras menos, estos humanos ignoran que el planeta funciona como un todo complejo pero en equilibrio, en el que cada animal o planta tiene una razón de ser, cada aroma de una flor o color de un animal, insecto o fruto tiene una función dada por la naturaleza, y cuando uno trastoca por desden ese equilibrio y luego implementa soluciones urgentes para corregir los “errores” desdeñando por segunda ocasión el equilibrio, uno puede concluir que estamos inmersos en una espiral en la que cometido el primer “error” se ha de seguir por el mismo camino. Es algo tan absurdo como ver a Homero Simpson tratando de salir del agujero que cavó para rescatar a Bart, cavando.
Infinitamente más convincentes son las ideas del profesor emérito de la Universidad de París Sur XI, Serge Latouche, de abandonar "el objetivo del crecimiento por el crecimiento mismo, una meta demente con consecuencias desastrosas para el ambiente", y de la necesidad de crear una sociedad del "decrecimiento" deriva de la certeza, de que los recursos de la Tierra y los ciclos naturales no pueden sostener el crecimiento económico, la esencia misma del capitalismo y de la modernidad”, y finalmente de "recuperar el sentido de la mesura y una huella sostenible desde el punto de vista ecológico".

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=89729
http://www.proceso.com.mx/opinion_articulo.php?articulo=72196


Saludos maiceros.

3 comentarios:

  1. Eso chinga!!! Hasta que apareces, hijo!!! Oye, y supongo que estos grandes hombres de ciencia habrán contemplado que sus lentes espaciales, sus plásticos blancos y demás retorcidos inventos también desaparecerán la inmensa cantidad de mierda con que hemos envenenado los ríos, mares, lagos y demás cuerpos de agua...Sin mencionar la del aire...
    Saludos!!!

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  2. Ahi les paso el link de un proyecto interesante, se trata de un documental-ficción que se llama "the age of stupid", en el que, a grandes razgos, se presenta un escenario apocalíptico, el resultado "final" de la teoría del progreso.Ah por cierto, el estreno mundial fue ayer en mas de 60 países, al mismo tiempo, pues al final de la proyección se hizo un enlace en cadena donde algunos expertos discutieron sobre el cambio climático. Y por cierto, saben cual fue uno de los países donde ni su luz vio esta película? Adivinaron.
    saludos...

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  3. me calenté tanto que no puse el link:
    www.ageofstupid.net

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